"Los pacientes que han perdido alguna extremidad suelen experiementar un dolor crónico que parece venir del miembro apuntado, o percibir cierta sensación en esa extremidad invisible si alguen les toca la cara -informa la revista New Scientist-. Cuando una parte de la corteza cerebral deja de recibir impulsos sensoriales (debido a la amputación o algún daño en la médula espinal), los nervios adyacentes gradualmente invaden la región muerta y, en esencia, asumen sus funciones."
La revista añade que, "como consecuencia frecuente, el afectado "siente" el miembro amputado o padece un dolor continuo."
La revista añade que, "como consecuencia frecuente, el afectado "siente" el miembro amputado o padece un dolor continuo."
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